Caído en Batalla
 

El Capitán Roland Philipps murió el 7 de julio de 1916 en un ataque a las trincheras alemanas resguardadas por la guardia prusiana. Una carta escrita por él mismo a un amigo muy cercano en la tarde del "Gran ataque" inicia "Un vivac feliz antes de la batalla" y termina "Nada puede separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo". En otra carta escrita ya entrada la noche del 6 de julio dice: "Adiós. Nuestra oportunidad suprema de servir a nuestro país ha llegado. Mi vida ha sido muy feliz y no habrá obús o bala que pueda terminar con ella. Sólo ruego que a lo largo de la misma pueda permanecer cerca de Dios." Muy temprano, la mañana siguiente el Capitán Philipps reunió a su compañía y les dijo que estaban a punto de llevar a cabo una aventura desesperada, pero que no había que temer a la muerte ya que esto significaba pasar de la vida terrena a una mejor vida en el más allá.

 

La brigada a la cual pertenecía el Noveno Batallón de Fusileros tenía la encomieda de tomar Ovillers, una de las villas mejor fortificadas en la primera línea original de la defensa alemana. Mientras esperaba por la señal de ataque, la trinchera ocupada por el Capitán Roland Philipps fue alcanzada por un obús que la sepultó dejándola en ruinas. En un principio se pensó que el capitán había muerto, sin embargo, afortunadamente sus hombres lo desenterraron intacto de los escombros. Salió justo a tiempo para guiar a su compañía en el asalto. Apenas había pasado el parapeto cuando fue herido en la pierna por una metralla y cayó al suelo. Se puso en pie casi de inmediato y avanzó para caer de nuevo, en esta ocasión, por la bala de una ametralladora que le atravesó la cabeza.

 

Fue sepultado en el cementerio de Aveluy cerca de Albert. Son tantos los tributos a su memoria que es difícil elegir uno donde se resuman de manera adecuada sus cualidades humanas y conceptuales. Su comandante en jefe lo describió como "el mejor líder nato que jamás hubiese conocido. Su coraje y su incontenible entusiasmo hubieran parecido fanáticos de no ser por la frialdad y madura determinación que demostraba cuando un objetivo era alcanzado." "Nunca conocí", escribió uno de sus amigos, "a nadie de tan noble carácter o a persona alguna de su edad con un alma tan pura". El mundo es más pobre con la pérdida de esta vida". Otro amigo que hizo en Winchester y Oxford escribió: "En los años que siguieron a la guerra no cabe duda que su servicio fue de enorme valor para Inglaterra... sabemos que pudo haber sido un gran reformador y estadista. La nación debe sentir pena por dicha pérdida. Las dificultades lo alentaban a hacer grandes esfuerzos y no le temía a la crítica. Ahora, todo ha terminado y sólo me resta hacer este pequeño tributo a una personalidad singular y carismática."

La muerte de Roland Philipps fue una pérdida irreparable para el movimiento scout, ya que lo privó de alguien que era una inspiración para sus compañeros de trabajo así como de una incomparable guía en el exitoso liderazgo de muchachos. Fue un ejemplo para todos los dirigentes scouts, en el amor y la simpatía que tenía tanto por muchachos ricos como pobres. En su entusiasmo y energía, en el bien hacer; en su poder de convencimiento a través de la oratoria; en su práctica y entrega de corazón por la fe a Dios; y en su claro entendimiento de lo que significa el "escultismo". Joven de edad, infundió en muchos hombres y muchachos que el espíritu scout es el poder motor del incomparable trabajo del escultismo. Al testificar el valor de su servicio Sir Robert Baden Powell hizo notar que el pequeño libro "El Sistema de Patrulla" de Roland Philipps es el mejor monumento que puede erigirse en su memoria entre nuestra hermandad. A través de este legado Roland Philipps seguirá viviendo en nuestros corazones y su espíritu continuará entre nosotros para ayudarnos en el trabajo del escultismo".

En su memoria, heredó su hermosa y antigua casa del número 29 de la calle Stepney Green, conocida como "La Casa Roland" a la Asociación de Scouts de Inglaterra como cuartel general permanente del Distrito del Este de Londres. Su intención había sido poder habitar la casa después de la guerra, sin embargo, conforme a sus deseos por un tiempo fue la residencia del comisionado y centro de organización que trabajó con más de cuatro mil muchachos, conformados en unidades llamadas "patrullas" y estas a su vez en grupos más grandes llamados "tropas". En el sótano de la Casa Roland había una pequeña y pintoresca capilla dedicada a San Francisco y los Trovadores. Este modesto santuario a la caballería fue un tributo digno a la memoria de Roland Philipps ya que recordaba el idealismo de sacrificio personal inspirado por la fe religiosa que su vida tan noblemente ejemplificó. En un nicho, cerca del altar donde muchos Rovers se arrodillaron en vigilia y se consagraron al servicio caballeresco estaban su fotografía, su espada, y un estuche que guardaba sus medallas y su Cruz Militar. Junto a estas reliquias personales estaba la sencilla cruz de madera que señaló su tumba en el cementerio de Aveluy. Complementando el escenario ardía una pequeña lámpara, símbolo del recuerdo, el coraje y constancia permanentes.

En julio de 1916 dio inicio la masacre que conocemos como la Batalla de Somme y el 7 del mismo mes cerca de la villa de Ovillers, Roland Philipps se convirtió en otro nombre de la aparentemente interminable lista de aquellos "caídos en batalla". Un testigo describió como sólo seis o siete de los 220 hombres a cargo de Roland sobrevivieron ilesos ese día, el resto murieron o quedaron heridos. La humanidad aún no ha podido reproducir un pasaje tan vívido del infierno en la tierra como lo fue la Primera Guerra Mundial.

B-P describió la perdida de Roland Philipps como... "irreparable para el movimiento scout." Los scouts del este de Londres estaban devastados, sin embargo Roland, en una de sus cartas, les dejó una encomienda. "En mi testamento" escribió "dejo la propiedad de Stepney Green... hagan uso de este lugar para ayudar a los muchachos de la mejor manera posible. Estoy seguro que Dios bendecirá el trabajo que ahí se lleve a cabo."